domingo, octubre 26, 2008

Taller de investigación, creación y producción (2008)

Durante este año, hemos llevado adelante nuestro taller de investigación, creación y producción. Los integrantes de banda crítica nos consideramos un ensamble instrumental de creación colectiva, interesados en los lenguajes y las expresiones del arte y la cultura contemporáneos. Nos reúne el interés por expresarnos artísticamente, intentando comunicar nuestra contemporaneidad en la Patagonia, y la necesidad de hacerlo fundamentalmente con los sonidos.

Conscientes de que estamos colaborando en la construcción de la historia de la expresión artística sonora en la Patagonia, llevamos nuestros oídos e inquietudes a varias fuentes como puntos de referencia. Al mismo tiempo que reflexionamos sobre nuestro entorno y nuestro hacer en él, estudiamos e investigamos las expresiones de otros artistas que se han expresado antes que nosotros, así como las de aquellos que están haciendo lo mismo hoy.

Entre otras fuentes, nos interesan los aportes de las vanguardias artísticas del siglo XX, los productos de la industria cultural y de la industria del espectáculo, así como expresiones artísticas contemporáneas. Analizamos, desmenuzamos, comentamos sus herramientas, recursos, procedimientos, estrategias, para así crear nuestras propias nubes. Es por eso que reivindicamos el oficio: el de músico, el de artista, y la responsabilidad que esto implica.

Uno de los recursos que nos sirven para ampliar nuestra libertad creativa, es la improvisación y la creación -tanto en tiempo real como en diferido- de nuestras propias líneas o partes sonoras, que al mismo tiempo cada uno de nosotros interpreta. Esto nos permite obtener varios resultados: Por un lado, participar activamente y en forma colaborativa en nuestra propia expresión individual. Por otro lado, la improvisación nos provee de conciertos únicos, irrepetibles en tiempo y lugar.

Nuestra expresión se relaciona con las herramientas, procedimientos y conceptos aportados por la música electroacústica, la acusmática, el arte sonoro, la música contemporánea académica, la experimentación musical, el arte digital, la música popular, entre otras.

La pieza conceptual que vamos a estrenar este año -"Nubes de acá"- es el producto de ese taller e intenta reflejar esas inquietudes.

El título Nubes de acá propone varios acercamientos. En principio se nos ocurrió al escuchar en cierta ocasión una conversación ajena (sabemos que no es apropiado), en un conocido bar de Neuquén, nos enteramos que el poeta neuquino Raúl Mansilla, calificando y mirando al cielo dijo: "Estas nubes no son de acá". Esa conversación nos motivó a intentar este proyecto que precisamente trata sobre Nubes (que sí son) de acá. Por otra parte también puede interpretarse que lo que hacemos son nubes (o que tenemos una nube en la cabeza, o que estamos en la luna), lo cual probablemente sea cierto, pero al mismo tiempo, ese estar, creemos, potencia nuestro hacer artístico.

Sabemos que es muy difícil (lo más probable es que sea imposible) definir el cúmulo de relaciones y materias entrelazadas, lógicas e ilógicas, que intentan darle a nuestra obra Nubes de acá la condición de algo vivo.

Una obra es un ente orgánico construido de materias diferentes -el sonido entre tantas otras. Consideramos que la condición de algo vivo, autónomo, con sus propias reglas, es fundamental para la existencia de cualquier trabajo con intenciones artísticas.

Entre los procedimientos y recursos compositivos utilizados en Nubes de acá podemos mencionar, la tonalidad extendida; la atonalidad; las métricas irregulares; la ausencia de métrica; la variación y el contraste; los objetos sonoros; la gestualidad sonora; las texturas polifónicas, heterofónicas, las polifonías oblicuas; la electroacústica "en vivo"; la interactividad; las relaciones entre tiempo, forma y memoria.

Nubes de acá
Estreno mundial (2008)

I) Cúmulus
II) de ahí
III) cayendo sobre la barda
IV) viajera
V) de los mitos del agua

VI) después de Cúmulus

VII) después de Viajera
VIII) después de la barda y el agua
IX) después de ahí
X) lo que queda de Cúmulus

Natalia Boselli: voz, teclado, electrónica
Anahí Bergero: voz, flautas, electrónica
Luciana Fischov: violonchelo, electrónica
Guillermo Ravagnan: contrabajo, electrónica
Ricardo Ventura: informática, electrónica, coordinación


Sábado 29 de noviembre de 2008, 21 horas
Escuela Superior de Música
Alvear 90, Neuquén

¡¡Seguiremos informando !!!

sábado, octubre 11, 2008

El sonido de los que no oyen

[...Los sonidos son vibraciones que ponen en movimiento ondular las moléculas del aire. Una persona que oye percibe el sonido en el ámbito de un registro de entre veinte y veinticinco hercios. Los movimientos de onda que se componen de menos de veinte revoluciones por segundo se llaman, como es sabido, infrasonidos; aquellos que constan de más de veinte mil revoluciones se denominan ultrasonidos. Los murciélagos viven exclusivamente en el mundo del ultrasonido y, en sentido clínico, no oyen, sino que más bien se sirven de una sonda acústica. En el mundo del infrasonido, en cambio, se mueven el caimán, la ballena, el ñandú y el casuario. También entre ellos resulta absurda la idea de "oír" en el sentido habitual de la palabra. El caimán, por ejemplo, carece de orejas. Escucha con su cuerpo, es decir, registra las vibraciones del mundo exterior con un nervio sensorial situado bajo la piel de su abdomen.
En el transcurso de su visita, usted preguntó en cuál de estos mundos vivió Barefoot. Me gustaría plantear la hipótesis de que vivió en un registro acústico distinto al que conocemos, que "oía" en otra frecuencia, todavía desconocida para la ciencia.
Por otra parte, durante la autopsia realizada inmediatamente después de su muerte, hallaron una serie de paradojas fisiológicas. Así, tenía un corazón sobredimensionado, el doble de grande que el de una persona normal, pese a que era enano. Cuando leí este curioso detalle en su historia clínica, le di una interpretación simbólica: su vida, al igual que la de su antepasada, es una historia de amor. El médico dejó escrito que "vivía contra todo pronóstico" con un corazón que debía haberse detenido ya en los primeros años de su niñez, con tan sólo un riñón, con un único pulmón en funcionamiento y con el vientre corrompidos de tumores cancerosos que, según los expertos del momento, tenían ya medio siglo de antigüedad. Comoquiera que fuese, el descubrimiento más fascinante de los logrados en la autopsia afectaba al órgano auditivo: carecía por completo de aparato vestibular, que constituye el centro del equilibrio del ser humano. De lo que se deduce que, en realidad, no debería haber sido capaz de caminar ni, en general, de hacer ningún movimiento.
Un mes después de su muerte, se llevó a cabo un examen algo más exhaustivo del cadáver en una clínica teratológica de Boston. El forense -un experto en malformaciones- sostenía que el oído derecho debía de haber estado, a excepción de una ligera petrificación del martillo, prácticamente intacto en los primeros años, sospechaba el doctor. Esto contradecía el resultado de la primera autopsia. En otras palabras, habría oído perfectamente en su más tierna infancia.
Este hecho podría, además, explicar su talento para la música, el eterno misterio de su biografía: ¿como es posible que una persona sorda sea capaz de comprender e interpretar música? ¿Habría adquirido la idea de los tonos y los sonidos, tal y como indicaba la segunda autopsia, en su primera infancia, antes de que la minusvalía se hubiese consolidado?
Para alguien que goza del sentido del oído, resulta extremadamente difícil imaginar el mundo de los sordos. Ha de figurarse uno un mundo en el que no existe ningún sonido, ni el sonido del viento, ni los sonidos de voces o el de la risa del ser amado, en realidad ni siquiera una idea de lo que es el sonido. Una persona que haya nacido sorda no habla jamás de la calma o de la ausencia de sonidos, como tampoco se queja nunca de haber nacido sorda. Un ser que haya nacido ciego, tampoco se lamenta de la falta de información visual, puesto que no es capaz de imaginar lo que implica el hecho de ver. Al igual que usted, señorita Flagel, no puede echar en falta un fenómeno que no ha experimentado jamás, a una persona cuya existencia ignora o un lugar que no ha visitado. Todos estos conceptos -la sordera, la ceguera- son, en el mejor de los casos, metáforas...]

Historia de un amor maravilloso.
Carl-Johan Vallgren
Editorial Anagrama.